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jueves, 30 de junio de 2011

Descubren engranajes del humor, qué nos hace reír?


Qué nos hace reír / Las frases con doble sentido
Descubren engranajes del humor
Un trabajo que acaba de publicarse permitió registrar qué circuitos cerebrales se activan en los juegos de palabras.

Nora Bär para La Nación

Aunque los estudios en psicología evolutiva y comportamiento animal parecen estar desmintiendo esa remanida frase de que "el hombre es el único animal que ríe", lo cierto es que el humor es uno de los tópicos que intrigan a los neurocientíficos: ¿por qué ciertas frases, gestos o situaciones "nos hacen cosquillas" en el cerebro?
Según una investigación del joven neurocientífico argentino Tristan Bekinschtein y sus colegas Matthew Davis, Jennifer Rodd y Adrian Owen, que acaba de publicarse en el Journal of Neuroscience, uno de los resortes que mueven a la sonrisa es la ambigüedad semántica, especialmente cuando en ciertas frases la palabra con múltiples significados se encuentra al final.
"Lo que vimos es que cuando ambos sentidos quedan «abiertos», y ninguno prevalece sobre los otros, esa frase nos hace reír", comenta Bekinschtein, desde su casa en Cambridge, donde en este momento trabaja en la Unidad de Cognición y Neurociencias del Consejo de Investigaciones Médicas de Gran Bretaña, asociada con la universidad.
Más allá de que inquiete a los humoristas profesionales, la pregunta sobre por qué ciertas cosas nos resultan graciosas se planteó hace siglos, pero sólo fue posible comenzar a contestarla con pruebas objetivas desde que las imágenes de resonancia magnética funcional permitieron registrar qué regiones del cerebro se activan ante determinados estímulos.
"Ya desde 2001 existen estudios que intentan explorar los mecanismos cerebrales del humor -cuenta Bekinschtein-. La sutileza de este trabajo en particular consiste en que usamos chistes verbales que se basan en palabras ambiguas y controlamos muy bien las imágenes con los circuitos cerebrales que se activaban con otras frases sin ambigüedad."
Para cartografiar estos mecanismos, los científicos les hicieron escuchar a 12 sujetos diestros de entre 18 y 35 años conjuntos de 23 frases con significados no ambiguos, poco ambiguos, ruido, y chistes o juegos de palabras (en inglés) como el siguiente: " Why don't cannibals eat clowns? Because they taste funny" (¿Por qué los caníbales no comen payasos? Funny en inglés admite dos significados, de modo que la respuesta sería: Porque tienen gusto divertido/raro). Después de la sesión, cada participante fue entrevistado y se le pidió que otorgara a cada oración un puntaje de uno a siete de acuerdo con la gracia que le provocaba.
El análisis de las imágenes permitió relacionar los procesos cognitivos que subyacen en el humor lingüístico, en particular el provocado por frases ambiguas, con regiones específicas del cerebro, tales como las relacionadas con el procesamiento del lenguaje y las dopaminérgicas, vinculadas con el placer y la recompensa inmediata.
"Las frases que resultaban graciosas eran aquellas en las que la palabra ambigua estaba al final -dice Bekinschtein-. En esos casos, si los diversos significados son relevantes y siguen siendo plausibles, no hay resolución de la incongruencia, porque no prevalece uno por sobre los demás y es como que todos quedan «tintineando en el cerebro». De hecho, estuve tratando de modificar frases que no eran chistosas hasta que la palabra ambigua quedara al final y ahí se convertían en chistes. Es lo que pasa cuando uno escucha funny al final."
Las imágenes de resonancia magnética mostraron activación en gran parte de la red del lenguaje. Pero al parecer los chistes y la ambigüedad semántica tocan además otros resortes.
"Es algo muy sutil-explica el científico-; parecería que este tipo de bromas activan algunos circuitos más que una frase cualquiera. Y también las áreas vinculadas con la recompensa y la emoción."
Según agrega Bekinschtein, aunque se habían publicado varios trabajos que intentaban explicar el mecanismo de las bromas, la pregunta sobre los engranajes del humor es difícil de responder.
"Resulta muy difícil controlar las bromas, porque no se sabía qué era lo que tenían de especial -confiesa-. Queríamos entender qué es un chiste, y encontrar qué es lo gracioso es bastante complicado."
Y enseguida concluye: "El humor sólo es posible si uno es capaz de desarrollar cierto nivel de pensamiento abstracto. Se lo podría definir como una especie de placer intelectual".
CONCIENCIA Y EMOCIÓN EN ESTADO VEGETATIVO
Con numerosas publicaciones en revistas internacionales que llevan su firma, Tristan Bekinschtein se dedica desde hace varios años a explorar los meandros de una condición denominada "estado vegetativo y de mínima conciencia". Ese fue su punto de partida para encarar la investigación sobre el humor. "Los padres de estos pacientes suelen preguntar: «¿Siente algo?». Y uno no sabe qué contestar -cuenta-. Con estos resultados, ya sabemos qué buscar en las imágenes cerebrales. Si se activan estas áreas, quiere decir que ellos están entendiendo el lenguaje, interpretando una broma y tal vez sintiendo placer, aunque no puedan demostrarlo."
Descubren engranajes del humor
Dr. Tristán Bekinschtein, argentino, biólogo y doctor en neurociencias.

¿Institucionalidad o más kirchnerismo? ¿La Constitución o el delito?


Las elecciones presidenciales de octubre implican una sola opción: institucionalidad o más kirchnerismo. Exceptuando a los que ya están, el votante de cualquiera de los candidatos por la opción republicana busca el fortalecimiento de los valores democráticos.
La señora obra con cálculo político cuando a voz resquebrajada refiere a Néstor Kirchner como "él". La oposición debe redoblar la apuesta y hacer saber que en efecto "Ella es él", pero "él" no es sólo el fallecido sino algunos vivos impresentables: Luis D'Elia, Guillermo Moreno, Sergio Schoklender, Hebe de Bonafini, Julio Grondona y, entre otros, hasta el propio Carlos Menem...

Por Santiago Kovadloff para La Nación,La Constitución o el delito”:
Queda claro: la lucha de fondo, a partir de aquí, será a favor o en contra de la Constitución. A favor o en contra de la ley. A favor o en contra de la alternancia. A favor o en contra del autoritarismo. Sólo después, si se impusiera el marco de un sistema político y jurídico saneado, la izquierda y la derecha tendrán ocasión de ofertar sus matices doctrinarios.
Hasta ese momento la lucha será otra. Hasta allí, lo que está en juego son dos concepciones de la gobernabilidad. Una es democrática, la otra no. Anteponer lo ideológico -como campo de confrontación prioritaria- a esta alternativa axiomática equivale a darle la espalda al drama del país para buscar amparo en el lirismo conceptual. O, lo que es peor, a instalar la discusión en un escenario que a todas luces le conviene al oficialismo para seguir camuflando con bellas palabras hechos deleznables y propósitos demagógicos.

Javier González Fraga hizo saber que si Ricardo Alfonsín se impusiera en las elecciones de octubre, su gobierno sería gradualista en todo menos en lo que atañe a la Justicia. En otros términos: no hay que enfriar la economía, pero sí hay que recalentar la vigencia de la ley. Tiene razón. La Constitución no regirá de veras si no se impone la intransigencia en su cumplimiento. ¿No es ésta acaso también la convicción de Elisa Carrió? ¿No es éste el planteo central de Eduardo Duhalde? ¿Y qué decir de Hermes Binner, sino que es este mismo principio el que lo define? Ninguna de las fuerzas partidarias interesadas en competir por la conquista de la próxima presidencia puede tener con el oficialismo una diferencia más sustancial que ésta ni un motivo más hondo para impulsar un acuerdo básico entre todas ellas.
Es fácil prever hacia dónde se encaminará el oficialismo si gana las elecciones de la próxima primavera. No es fácil en cambio advertir todavía si sus opositores están dispuestos a deponer las diferencias que los segmentan ante la necesidad de impedir que ese triunfo oficialista se produzca. Nadie como los Kirchner ha manipulado con tamaña astucia y afán de distorsión los recursos ofertados al poder por una democracia debilitada, en favor de un desvalimiento aún mayor de sus fundamentos.
Hay horas en las cuales no entender qué es lo decisivo para una nación puede resultar fatal para su porvenir. Esta es una de ellas. Las circunstancias exigen de las dirigencias opositoras una lucidez perceptiva que no admite más dilaciones. Lo que primeramente hace falta es derrotar al kirchnerismo. Se trata de identificar o dejar de identificar la línea divisoria entre quienes comprenden que es indispensable defender la democracia y volver a consolidarla y quienes la esquilman sin pudor por entender que es otro el camino que debe seguir la organización nacional. De modo que o se está con la Constitución o se está contra ella. Con el propósito de respaldarla o con el proyecto de abolirla en favor de otra legalidad.
La fortaleza moral imprescindible para restituirle auténtica significación al orden constitucional malamente vigente no puede tener otra raíz que la conciencia del dolor, del envilecimiento, de la estafa y del empobrecimiento sembrados por la decadencia en que nos encontramos. No son la riqueza que el Estado acumula ni el consumo desbordante y circunstancial que alienta los que harán la felicidad de nuestro pueblo -como querían Sarmiento y Alberdi-, sino su adecuada y honesta administración. La corrupción administrativa por parte del Estado convierte los recursos con que cuenta en un robo y en una herramienta extorsiva. No es pues el progresismo lo que debe discutirse hoy en la Argentina, si de veras se quiere ir al fondo de las cosas. Hay algo previo que cabe discutir y son las condiciones que hacen posible la gobernabilidad. Ellas remiten a dos procedimientos básicos que pueden promoverla. Uno es el delito. El otro es la subordinación a la ley. Uno y otro encaran de muy distinta manera lo que es urgente resolver: el empleo, la educación, la inversión, la salud pública, la inseguridad. Se trata de optar, de convalidar uno u otro de esos dos procedimientos. De generar o dejar de generar las condiciones propicias para que la política, democráticamente entendida, vuelva a despertar expectativas sociales de dignidad y progreso.
¿Implica el acuerdo entre Ricardo Alfonsín y Javier González Fraga una evolución de ambos partidos -el Justicialismo y la Unión Cívica Radical- hacia una complementación que reconoce tanto la necesidad de acatar las instituciones como la de aprender a gestionar el poder? Si así no fuera, un eventual recambio de inquilinos en la Casa Rosada no habrá significado nada más que una efímera ilusión. Si así fuera, la distensión del conflicto social y el gradual desarrollo del proceso educativo irán infundiendo al ideario republicano un peso social y cultural que no tiene. De modo que la cuestión primordial no es saber quién ganará y quién perderá. Lo que cabe saber es qué se ganará y qué se perderá con quien gane y con quien pierda. Se trata de ver si estamos dispuestos a ir hacia una reforma constitucional que asegure la reelección indefinida del oficialismo actual o hacia un proyecto de alternancia que devuelva consistencia y seriedad a la democracia argentina.
Como ha ocurrido siempre con el kirchnerismo, es él mismo quien genera sus mayores dificultades y abre sus flancos más vulnerables. Sus contradicciones lo desbordan y, al igual que en el caso de Jekyll, su lado oscuro termina por empañar su triunfalismo y su soberbia. Como ha escrito Eduardo van der Kooy: "Los casos Bonafini y Moyano no se circunscriben sólo a ellos, a sus pensamientos y sus conductas. Representarían también un estado de crisis (¿incipiente?) en dos de los tres engranajes que, desde 2003, le permitieron funcionar al sistema kirchnerista. Refiere a las organizaciones sociales y de derechos humanos y al sindicalismo. La otra pieza está paralizada hace rato. El peronismo vive encapsulado y temeroso. ¿No esconde esta patología, también, un estado de crisis potencial?"
Si Néstor Kirchner viviera, el fantasma de la reforma constitucional no sería agitado con imprudente insistencia en la trastienda del poder. La alternancia matrimonial seguiría desempeñando, seguramente, el papel que empezó a cumplir en el año 2007. No siendo ello posible, Cristina Fernández necesita uno o dos períodos más al frente del Ejecutivo para terminar de dar a luz su descendencia confiable, hoy en pleno proceso de cocción. Transformada en madre simbólica y doctrinaria, podrá ver mañana su identidad expandida y perpetuada en un hijo o en varios de ellos, que no necesitarán ser carnales para ser ideológicamente legítimos. Por el momento, las referencias constantes de su entorno a la necesidad de "proteger a Cristina" tienen su razón de ser. La Presidenta depende mucho más de lo que desearía de quienes la rodean, cosa que con Néstor Kirchner no ocurría. A ella hay que cuidarla. De él había que cuidarse.
Para configurar la contundente victoria electoral que busca, Cristina Fernández debe sumar, a los que ya tiene asegurados, votos que la siembra populista no le basta para cosechar. El sentimentalismo que vertebra la sensibilidad política de muchos argentinos y el auge consumista en curso se muestran dispuestos a brindárselos. Los dictados del corazón, tan fervorosos como volátiles en el orden político, y los descarnados intereses económicos que sólo tramitan por la vía del cálculo sus opciones constitucionales se perfilan así como plenamente complementarios. Y la Presidenta ha demostrado tener reflejos rápidos para capitalizarlos. Bien lo ha dicho recientemente James Nielsen: "La compasión que tantos sienten por Cristina desde que murió su esposo ha podido más que la inoperancia tragicómica del gobierno que encabeza". Lo demás y siempre a su favor, al menos hasta ahora, lo ha venido haciendo la desconfianza social en la política y, sobre todo, en la consistencia de las instituciones.
Más allá de lo discutible que pueda resultar este diagnóstico, lo cierto es que el nuestro es un país con dificultades profundas para generar mecanismos de control. Y de esa impotencia se alimenta muy buena parte de nuestro escepticismo social. Carlos Pagni ha dicho con precisión que el nuestro es un país políticamente insolvente. Apto para los procedimientos populistas pero no para las exigencias de una democracia cabal. Propicio para la instrumentación de la pobreza pero no para su resolución. Nadie lo sabe mejor que aquellos que hoy celebran la fragmentación y la diáspora en que andan sumidos los partidos políticos y festejan el retroceso del orden constitucional. Es, no obstante, en circunstancias como éstas que cabe decidir de qué lado nos pondremos. Si del lado de la resignación o del lado de una búsqueda tan difícil como imprescindible. Tan riesgosa como fundamental.



Dejaría que su hija se casara con un Rolling Stone? por Jorge Ene

Dejaría que su hija se casara con un Rolling Stone?

Unas de las "campañas",en contra de los rolling,por la censura de los años 60, fue esta, preguntaba a famosos y a gente de la callle la pregunta en cuestión... con respuestas parecidas a las que viene a continuación......

London Evening News (marzo de 1964)

«¿Pero dejaría que su hija se case con uno?»

Artículo de la campaña «¿Dejarías que tu hija se case con un Rolling Stone?» de la prensa británica

«A los padres no les agradan los Rolling Stones no quieren que sus hijos lleguen a ser como ellos; no quieren que sus hijas se casen con ellos. Nunca han sido las virtudes de pulcritud, obediencia y puntualidad tan escasas como en los Rolling Stones. No son los ideales con los que construir imperios, no son del tipo de gente que se lave las manos antes de comer. Causan
que los adultos farfullen con rabia».

Maureen Cleave.Periodista británica de la época.

De Narvaez - Biografia por : Yayo







Biografía

Francisco de Narváez nació en Bogotá. Su madre Doris Steuer se casó con Juan Salvador De Narváez Vargas, un colombiano dedicado al negocio del café, que falleció el 5 de marzo de 1985 y dejó por hijos, además de Francisco, a Juana, Carlos y María Isabel.

Sus padres se instalaron en Buenos Aires cuando él tenía tres años, apenas iniciado el gobierno de Juan Domingo Perón. A comienzos de la década del 60, Francisco De Narváez cursó la escuela primaria en el colegio Cardenal Newman.
Al terminar el colegio primario, la familia de Francisco De Narváez tenía otros planes para él: que siguiera los pasos de su hermano Carlos, que hacía su camino en un liceo militar de Canadá. En 1966, a los 13 años, De Narváez se fue a estudiar al extranjero en el St. Andrew's College, pero luego abandonó sus estudios secundarios y comenzó como administrativo a formarse en Casa Tía. Pocos años después terminó el secundario en el Instituto Superior Juan XXIII.

Se casó en 1973 con María Sara Fecchino, con quien tuvo tres hijos: Paco nacido en 1976, Martín en 1978 y Jazmín en 1983.

De Narváez se fue a trabajar a Concordia, Provincia de Entre Ríos, con un ex compañero de la escuela secundaria, Gustavo Rapetti, en un negocio de consignación de ganado, donde se ocupó de la organización y la administración de la compañía, que además se dedicaba al engorde de ganado y a la compraventa de campos. Estuvo trabajando allí entre 1977 y 1981. Fue su primera experiencia agropecuaria.

En 1992, a los 39 años, intentó suicidarse en una habitación del hotel Hyatt.

Prestó juramento para ser ciudadano argentino el 27 de noviembre de 1992. Ese mismo día el juez envió un oficio a la Cámara para que De Narváez fuera anotado en el padrón electoral nacional. Desde ese día pudo votar.

De Narváez tiene dos tatuajes: uno en el cuello el símbolo de la serpiente de agua en el horóscopo chino y otro en el brazo como símbolo de oriental de la crisis.

De Narváez, ya separado en 1981 de María Sara Fecchino, contrajo matrimonio nuevamente con Agustina Ayllón en mayo de 2001, con quien tuvo 3 hijos: Milena nacido en 2004, Juan nacido en 2007 y Antonio nacido en 2009.

A fines de la década de 1980 aumentó su participación en Casa Tía para iniciar "un proceso de renovación comercial y tecnológica" que determinaría la desvinculación de la mayoría de los empleados, 3.500 de los 5.000.

En 1995 en un trabajo de investigación de Stacy Palestrant de la Universidad de Harvard sobre De Narváez, él opina:

“Mucha gente que despedí tenía 25 años de experiencia. De un saque me liberé de 5000 años de experiencia en Casa Tía, de los buenos y de los malos. Despedí a todos, desde los cajeros hasta las secretarias de los gerentes, personas que en el pasado habían dirigido la compañía. Y ahora si no estaban de acuerdo con alguna decisión no la cumplían. Fue una decisión difícil, que todavía me pesa. Es una tontería pensar en ella en términos de justicia. No hay justicia”
Al promediar los 90 su fortuna se dirigió hacia las finanzas, luego de la venta de Casa Tía con los Deutsch. De Narváez se diversificó y se lo señala constantemente como dueño o accionista ya que siguió invirtiendo su dinero en empresas.

El 30 de abril del 2004 pasó a controlar la totalidad de la Rural S.A. (SRA) (que administra el predio La Rural) y adquirió uno de los cinco canales de aire de Buenos Aires: América TV; en 2005 compró el 20 % del diario Ámbito Financiero, un año más tarde, todo el paquete accionario del diario El Cronista.

Los principales negocios que comparte con José Luis Manzano son en los medios de comunicación, pero hay fuentes que aseguran que se han propagado al terreno de la energía, adonde el tándem Manzano-Daniel Vila apuestan controlando Edemsa (Empresa de Energía de Mendoza S.A.) y explorando las zonas petroleras que licitaron varias provincias, como la Provincia de Mendoza.

Yayo : Opinion

Aunque no le he encontrado grandes virtudes,y como siempre tratando de buscar el lado bueno de todo, le encontré una que es fundamental : y es ,que pudiendo haber tirado para el lado de la corrupcion y la guita, digo, yendo o con Cristina o con Duhalde ,prefirió la honestidad y ejemplaridad de Alfonsin !!!!!

VAMOS COLORADO !!! VAMOS POR LA PROVINCIA Y CON ALFONSIN A LA NACION !!!!

Cristobal Lopez (lopesitos) por Yayo













Cristóbal Manuel López, 53 años, casado, dos hijos, Documento Nacional de Identidad 12.041.648, nacido en la ciudad de Buenos Aires pero con residencia en Rada Tilly, Comodoro Rivadavia, Chubut; empre¬sario del petróleo, la basura, los colectivos, los olivares, los casinos y los tragamonedas, con una facturación que supera los tres mil millones de pesos, más de once mil empleados, ex corredor de Turismo Carretera y criador de caballos pura sangre, además de dueño de miles de hectáreas de campos, un avión y dos barcos.


2008


Kirchner firma, Cristóbal López recauda:


la verdadera historia del imperio del juego que gana miles de millones
Conozca a los oscuros socios del rey de los casinos y las tragamonedas. Uno a uno los favores políticos que abonaron un negocio fabuloso, ya extendido por decreto K hasta el año 2032.
Néstor Kirchner tenia una debilidad por los casinos. Su devoción por el juego ya era evidente cuando gobernaba Santa Cruz. La leyenda cuenta que cada vez que viajaba a Caleta Olivia, cruzaba la frontera de la provincia y se quedaba a dormir en Comodoro Rivadavia para jugar unas fichas en el casino de esa ciudad. A esa casa de la manejaba un humilde hombre llamado Cristóbal López, transformado hoy en uno de los máximos exponentes de los empresarios (y la riqueza) K.

En el camino de la construcción de su imperio del juego denominado Casino Club SA, López no sólo recibió la invalorable ayuda del entonces gobernador santacruceño. Recorrió ese camino de la mano de un grupo de socios de antecedentes oscuros y polémicos.

Cristobal Lopez y Lazaro Baez...socios del silencio..
Los dos inversores más prósperos que tiene la provincia comparten un enorme terreno donde construyeron sus negocios inmobiliarios. Uno de ellos levantó un petit hotel donde ultiman los detalles exteriores, el otro, múltiples cabañas para obtener una modesta renta mensual que le ayude a redondear las ganancias que le aporta Casino Club en la villa turística.

Cruzando El Calafate por la Avenida del Libertador General San Martín, como quien se dirige al Parque Nacional Perito Moreno, cualquiera que circule a un lado del verde boulevard y mire hacia su izquierda en medio de un faldeo que domina todo el lago, verá que se levanta un imponente edificio vidriado y a sus pies un conjunto de departamentos de prolija factura, con techos azules que son parte de avanzados emprendimientos inmobiliarios llevados adelante por dos amigos del poder: Cristóbal López que tiene a su cargo una veintena de departamentos de alquiler y un petit hotel propiedad del próspero empresario Lázaro Báez.

Los terrenos, le confiaron los vecinos del lugar, tenían poco valor hace 6 u 8 años, sin embargo esa escasa valoración de la tierra junto a las perspectivas que nacían con la llegada de Néstor Kirchner a la presidencia, alentaron al entonces Intendente de El Calafate, Néstor Méndez (hoy diputado provincial) a vender al círculo íntimo del poder, miles de metros cuadrados de tierras a valores irrisorios, que van desde los $ 2,95 a los $ 7,50 el metro cuadrado.

Es así que como producto de una “vaquita” entre amigos, Cristóbal y Lázaro decidieron poner unas monedas para ayudar al desarrollo de la localidad y adquirieron el predio ubicado en el Barrio Los Manantiales donde construyeron sus respectivos emprendimientos con la esperanza de contribuir con el crecimiento urbanístico de una zona de muy lento desarrollo, al menos hasta mediados del 2004.

En El Calafate las calles que se trazaron delimitando los nuevos loteos donde han prosperado gran cantidad de hostales, cabañas y casas de fin de semana, no poseen nombre asignado, una materia pendiente para la Municipalidad que no va al ritmo que le impuso la demanda turística y habitacional de la ciudad.

Por ese motivo la referencia local de ese lugar donde hoy están los emprendimientos inmobiliarios de Cristóbal y Lázaro, es la que los lugareños denominan “las casas de los guías”, debido a que cercana a la construcción del ostentoso hotel, se levantan desde hace mucho tiempo una serie de casas donde viven los guías turísticos de las empresas que brindan los servicios al turismo local y regional.

De acuerdo a lo que nos señalaba un Maestro mayor de obras que nos acompañó en una breve recorrida por el lugar, el imponente edificio de Lázaro fue declarado inicialmente ante la Municipalidad como un Shoping, en cuyo interior habría un hotel; el motivo es que en ese lugar de El Calafate, precisamente, no estaría autorizada la construcción de un hotel de esas características y dimensiones.

“Fíjense – nos refirió nuestro guía circunstancial – como verán si uno asciende por el faldeo todas las calles son de tierra”, decía mientras paneaba con su mano el paisaje de la montaña que se levanta frente a la Avenida del Libertador.

Efectivamente, pudimos apreciar a simple vista que ninguna de las calles aledañas a la avenida principal tiene asfalto, sin embargo la manzana que rodea las propiedades de los socios inmobiliarios amigos del ex presidente, cuenta con calles niveladas, pavimentadas y lo que las hace más llamativas es que sobre las veredas se han eliminado los postes con el consiguiente enjambre de cables de todo tipo que solemos encontrar a diario en cualquier localidad del interior; la explicación es que por orden de los ilustres vecinos, se han realizado todos los tendidos en forma subterránea, adecuándose de esta manera al entorno y eliminando el impacto visual (contaminación visual) que ocasionan las instalaciones eléctricas, telefónicas y de videocables en la vía aérea. (yo revisaría si en esos túneles hay dinero)

Los socios del silencio
A nadie le sorprende que tanto Lázaro como López descubran nuevos negocios en El Calafate (y mucho menos en otros puntos de la provincia) de hecho a Cristóbal López no le es ajeno el negocio inmobiliario puesto que es de su propiedad la empresa Talares de Posadas S.A. una constructora Misionera en la que anda metido un agente inmobiliario de Néstor Kirchner, nos referimos a nuestro vecino, Osvaldo Sanfelice, socio de Máximo Kirchner en “Negocios Inmobiliarios S.A” y hoy empleado del zar del juego en otra de sus firmas, dado que figura conchabado también en Alcalis de la Patagonia SA. otro emprendimiento de López que produce carbonato de sodio.

Sin embargo el amor por la tierra de Cristóbal López no termina allí, dado que en sus dominios chubutense posee un predio de 273 lotes de 600 metros cuadrados cada uno en Solares del Marqués, un complejo de 35 hectáreas dispuesto en la entrada a Rada Tilly, cercano a Comodoro Rivadavia.

Si bien Cristóbal López no va a sufrir alteraciones en su pasar económico, ya que el 5 de diciembre de 2007, unos cinco días antes de dejar la presidencia, Néstor Kirchner le dio una mano para ampliar la cantidad de máquinas tragamonedas que tiene instaladas en el hipódromo de Palermo en Buenos Aires, pasando de 3000 a 4.500 y por las dudas le prorrogó la concesión por 25 años más, para evitarle (quizás) estrés por la enfermedad social denominada “síndrome del pre-desocupado”, el amigo del ex presidente mantiene estrechos lazos de conveniencia comercial con el enlazamiento que hay entre las empresas Epsur S.A y Misahar S.A de Báez y OIL M&S de Cristóbal quienes obtuvieron por diez años 14 áreas de explotación petrolera en Santa Cruz, obtenidas bajo concurso público nacional e internacional, pero – como corresponde – siempre con algún beneficio aleatorio como que el Secretario de Energía de la provincia era el amigo que les tendía la mano, junto con el Ministro De Vido, solo para simplificarles la vida.

Si recordamos un informe, donde Casino Club de El Calafate logró que el Intendente Belloni firme un convenio por el cual le cedió un salón de fiesta contiguo a la sala de juegos por 10 años a 10 mil pesos por mes sin indexación de ningún tipo, contrato que por otra parte los Concejales de la localidad aprobaron sin problemas, debemos reconocer que para Cristóbal López, El Calafate, es tierra de oportunidades. (Agencia OPI Santa Cruz)

2009 LOS SECRETOS
Desde hace seis años hay una industria que no para de crecer, sólo conoce de ganancias y empresarios florecientes: la del juego. Argentina es el mayor mercado de América Latina para el negocio de las apuestas. Aunque la economía local es más chica que la de Brasil y México, ninguno de esos dos países brindó tantas autorizaciones para que casinos, bingos y tragamonedas se desarrollaran como en la Argentina. Según los cálculos conservadores, es un negocio de $ 30.000 millones anuales. Pero algunos creen que esa cifra sólo es la oficial y que las apuestas mueven más de $ 70.000 millones anuales. (2009)

El complejo agroexportador argentino, que exportó por casi US$ 22.000 millones en 2008, paga retenciones de entre un 20% y 35% de la cosecha. También tributan impuestos las manufacturas de origen industrial y varias actividades productivas. En el caso del juego, la recaudación que le queda al Estado Nacional no llega ni al 15% del total facturado. Y, en algunas situaciones, como son impuestos provinciales y municipales, se trata de porcentajes mucho menores para el fisco estatal, según se pudo reconstruir  en una investigación que comenzó hace meses y donde todavía hay respuestas oficiales que siguen sin aparecer.

Mientras Lotería Nacional, que supervisa la actividad del juego en el país, dejó de publicar datos en 2005, la administración de Néstor Kirchner y Cristina Fernández fue pródiga a la hora de abrirle el juego a varios allegados, entre los que se destaca Cristóbal López. El patagónico arrancó con los bingos y casinos en Chubut, en 1991, pero creció exponencialmente en los últimos seis años de gobierno kirchnerista. "No soy palo blanco (testaferro) de Kirchner", repitió López en entrevistas. Sin embargo, admite que sus negocios crecieron al calor de los buenos contactos con Olivos, adonde concurre cada vez que pisa Buenos Aires.

López quiere desembarcar con su empresa Casino Club en la provincia de Buenos Aires, aunque en privado sólo admite su interés en entrar al hipódromo de San Isidro. Hasta ahora no lo logró. El emporio actual del juego de López se compone de 11 casinos y 14 salas de tragamonedas en el interior del país, los barcos casino de Puerto Madero y el megacomplejo de esas máquinas del Hipódromo de Palermo. Quiere más. Está por abrir un lujoso hotel casino en Rosario y está anotado en la carrera del prode "on line".

Cristóbal López ya controla una gran parte del juego en la Ciudad de Buenos Aires. Según cifras oficiales, de los $ 2.284 millones apostados en 2008, las empresas vinculadas a López mordieron algo más de $ 1.600 millones.

El empresario es propietario, junto con socios locales, de la mitad de la firma Casinos Flotantes. Allí tejió una alianza con la ibérica Cirsa, propiedad de Manuel Lao tras una operación extraña, cocinada entre conflictos sindicales y presiones políticas. Además, es socio de Federico de Achával en el Hipódromo de Palermo y proveedor de las 3.400 máquinas tragamonedas de ese complejo de juego. El empresario admitió que posee el 25% de los barcos. En Palermo, dice no ser "socio" sino "proveedor" de las máquinas que allí funcionan. A cambio de esa prestación, se queda con un 22% de la facturación.

Su buen diálogo con la administración Kirchner permitió que el ex presidente le extendiera, antes de dejar la Casa Rosada, el permiso de explotación del Hipódromo. El mismo vencía en 2013 y fue prorrogado hasta 2032. Sólo en ese lugar, donde cada vez hay más tragamonedas, se juegan alrededor de $ 1.000 millones anuales. En los barcos, hay apuestas por otros $ 600 millones.

Casino Club es la empresa de juegos más importante del país, aunque López dedica sus esfuerzos de relaciones públicas a desmentirlo. "Codere es más importante", declara. La española, que maneja bingos en el Gran Buenos Aires, declaró ventas de 352 millones de euros en 2008 (a cambio de hoy, serían $ 1.936 millones).

Según otros actores del sector, Codere vendría en un segundo lugar del ranking, después de López. En 2008, ganó 110 millones de euros netos o antes de impuestos (más de $ 550 millones) en sus 14 bingos.

Otro jugador clave es Trilenium, de la familia Tabanelli, en Tigre. Este grupo también maneja varios aspectos relacionados con la transmisión de datos on line para la quiniela de la provincia de Buenos Aires, un contrato que estaría en revisión. Tabanelli quiere asegurarse que Casino Club no se cruce en su camino.

La provincia de Buenos Aires es para López la verdadera joya de la corona, por eso el acceso al prolífico conurbano norte obsesiona a los ejecutivos de Casino Club, que ven cómo ese rincón sólo beneficia a Trilenium. Quieren instalar maquinitas tragamonedas en el hipódromo de San Isidro.

En el sur del Gran Buenos Aires, a López se le adjudica buena relación con los concesionarios del juego en Avellaneda y Florencio Varela. En Quilmes, la patria chica del jefe de Gabinete Aníbal Fernández, también hubo contactos entre los que entienden de paños verdes donde caen las cartas y dados.

Mientras tanto se ultiman detalles para lo que será el Casino de Rosario. Hay quienes dicen que ese complejo de juego, al estilo Las Vegas, facturará por lo menos como dos barcos casino juntos. Esto sería cerca de $ 1.000 millones anuales para la ciudad más importante de Santa Fe.

López también estuvo atento a Córdoba. En el interior (Río Cuarto, Mina Clavero, Carlos Paz), ya hay casinos, pero no llegan a tributar ni $ 5 millones de impuestos al año. Pero el premio mayor es la ciudad de Córdoba. Allí, el electo senador Luis Juez declaró públicamente que López lo quiso sobornar para que diera vía libre a la instalación del juego. La Docta es otra obsesión de López para seguir cantando "bingo" con sus finanzas.

Los titanes del juego no dejan de girar la rueda mágica. La griega Intralot compró la tecnológica especializada en el sector Tecno Acción en asociación con Casino Club. En aquellos lugares en los que no puede entrar, López busca ser el proveedor de maquinitas.

López está preocupado por la presión de la Iglesia y las denuncias de políticos como Elisa Carrió sobre el tema. "Tenemos una batalla perdida que es la opinión pública", admiten en privado.

Héctor Cruz, un ex militar que fue interventor del Casino de Neuquén durante la época del Proceso y que realizó tareas de inteligencia en el Ejército. Ricardo Benedicto, un apostador crónico y esposo de la dueña de una constructora acusada de corrupción. Y Juan Castellanos Bonillo, un empresario hotelero de su misma ciudad que López convocó para no perder influencia en la sociedad a manos de Cruz y Benedicto.

Con estos acompañantes logró transformar en sólo 15 años un emprendimiento que a principios de los 90 sólo contaba con una sala de juegos en Comodoro Rivadavia, en un gigante hoy con 13 casinos y unas 6.360 máquinas tragamonedas distribuidas en 9 provincias.

Sus ganancias anuales se miden en miles de millones de pesos. Y su ganancia se va a ampliar aún mucho más a partir del escandaloso decreto que firmó Kirchner antes de dejar el poder, que le "exige" a Casino club aumentar de 3.000 a 5.100 el número de maquinitas en el Hipódromo de Palermo.

Nace Oil, la nafta de Cristóbal López

Petrobras vendió su refinería San Lorenzo y 363 estaciones en US$ 36 millones al empresario del juego
Cristóbal Manuel López, el poderoso empresario del juego, abrirá en enero, en Villa Carlos Paz, la primera de 363 estaciones de servicio con la marca que pretenderá imponer en el mercado argentino de combustibles: Oil. La estrategia quedó plasmada anteayer, cuando el directorio de Petrobras Energía acordó la venta de su refinería de San Lorenzo, Santa Fe, y 363 estaciones a la firma Oil Combustibles, del dueño de Casino Club, en 36 millones de dólares.

La operación, que había sido acordada el viernes pasado en el consejo de ministros de Brasil, incluye además la venta del volumen de petróleo y combustibles acumulados en la refinería y en las estaciones para unos 20 días, activos que, según los precios actuales, oscilarían en los 74 millones de dólares. Se trata, con todo, de precios que pueden variar en el transcurso de los 90 días que durará el traspaso. "El valor total de la transacción está estimado en aproximadamente 110 millones de dólares", dijo la estatal brasileña en un comunicado enviado ayer a las bolsas de Buenos Aires y San Pablo. Las deudas quedarán para Petrobras.

López tendrá así una red de estaciones que abarca el sur de la provincia de Buenos Aires y Santa Fe, Córdoba, Santiago del Estero y Salta, entre otras áreas, y 42 de lo que los petroleros conocen como "agroestaciones", que venden gasoil a productores agropecuarios. Instalado en Comodoro Rivadavia desde su infancia, abrirá también, de manera simbólica, una boca de expendio en esa ciudad. El cambio de imagen demorará, según prevén en la empresa, entre 12 y 15 meses.

Tantos cambios juntos recibieron la primera queja del sector, que salió, en duros términos, de Rosario Sica, presidenta de la Federación de Empresarios de Combustibles de la República Argentina. "Es sorpresivo y preocupante, no sólo para los estacioneros sino también para el país, que una sola empresa compre, en un momento deficitario del sector, una destilería obsoleta y 360 estaciones de servicio. ¿Cuál es el objetivo? Sabemos que el señor Cristóbal López es una persona muy allegada al Gobierno."

Sica anticipa algunos juicios de los propietarios de las estaciones que no querrán cambiar la marca Petrobras por Oil. "Hay contratos vigentes, van a patalear unos cuantos", agregó.

El paso dado por Petrobras es, hasta ahora, una fuerte señal de desinversión en la Argentina, donde los brasileños mantienen todavía una refinería en Bahía Blanca y otras 150 estaciones de servicio.

En un comunicado enviado ayer a los medios, la compañía intentó objetar cualquier especulación. "Petrobras Energía SA reafirma su permanencia en el negocio de refinación y comercialización de combustibles por medio de la continuidad de la operación de su refinería en la ciudad de Bahía Blanca y su correspondiente red comercial", dijo.

Si se confirma, la estrategia de repliegue es medianamente nueva. En septiembre de 2007, Petrobras intentó expandirse en la Argentina y fue frenada por la Casa Rosada: enterados de que Exxon Mobil quería desprenderse de Esso, su filial local, los brasileños hicieron una atractiva oferta por la refinería que la petrolera norteamericana tiene en Campana. Aunque ya se había contratado para la operación al banco JP Morgan, el entusiasmo inversor quedó trunco ante las advertencias del Gobierno, que pretendía a empresarios locales como controladores de los activos de Esso. Como nadie igualó la oferta de Petrobras, Exxon Mobil se resignó finalmente a no vender.

López parece estar recorriendo un camino inverso al de Petrobras. Aunque el volumen de crudo que produce Oil M&S, su empresa de extracción, es todavía pequeño, el emprendedor de Comodoro Rivadavia pretende llegar a procesar, en un plazo de tres años, entre un 30 y un 45% de petróleo propio. Esta condición convertiría a Oil M&S en lo que el sector llama "petrolera integrada", un status que tienen sólo dos compañías en el país, YPF y Petrobras, que refinan y producen.

De todos modos, la destilería adquirida es relativamente pequeña. Con una capacidad para procesar unos 7000 metros cúbicos de petróleo por día –cuatro veces menos que, por ejemplo, la de YPF en Ensenada–, San Lorenzo está más preparada para refinar gasoil liviano o fuel oil, conocidos como "destilados medios", que cualquier otro combustible. Producir fluidos de mejor calidad, como la nafta de alto octanaje, la obligaría a agregar aditivos o recurrir a una planta reformadora. Cerca de la zona, López podrá contar para eso con las instalaciones de Petroquímica Argentina SA.

Estas características le permitirán sin embargo explotar otro negocio: la venta de fuel oil a la estatal Enarsa, la intermediaria que lo distribuye luego entre las generadoras de electricidad. Hasta ahora, la refinería tiene sólo un 8% en ese mercado.


El "Yabran" del kirchnerismo
“Sacarme una foto a mí, es como pegarme un tiro en la frente”. Esta frase fue mencionada por el extinto “empresario” Alfredo Yabrán a fines del año 1994, mucho antes de que se conociera su fotografía públicamente.

En el marco de la primera entrevista que otorgó a la prensa, más específicamente a revista Noticias, Yabrán no sólo no se dejó fotografiar sino que advirtió severamente que cuidaba por demás su imagen personal, presumiblemente por el tipo de negocios que llevaba adelante en “sociedad” con lo más granado del menemismo.

Luego de la desaparición del “narcoempresario” postal, se instaló en la sociedad la idea de que, a la vera del poder, podían coexistir oscuros personajes protegidos por funcionarios políticos de turno. Esto es así desde mucho antes de que Yabrán fuera quien fue y seguirá siéndolo toda vez que existen negocios que sólo pueden ser manejados por “prestanombres” de los poderosos de turno.

En la era Kirchner, no ha habido excepción a la regla: lo que Yabrán fue para Carlos Menem es Cristóbal López al kirchnerismo. No sólo en lo referido a su propia imagen —se conocen sólo dos fotografías del empresario, que circulan por Internet— sino en lo vinculado a sus negocios personales, muchos de los cuales existen y crecen gracias a su vínculo con el poder.

Es una obviedad asegurar que Cristóbal López no sería lo que es, si no fuera por las concesiones que Kirchner le “regaló”. No cualquiera puede meter sus narices en cuestiones tan intrincadas como son el juego y el petróleo, en un mercado resignado a pocos intereses, siempre relacionados con la “crema y nata” del poder.

Lo mismo sucedió con Yabrán, quien creció a la sombra del menemismo, gracias a los jugosos contratos que en los años 90 le ofrendaron los personeros de ese gobierno.

Llama la atención el exponencial crecimiento de Cristóbal López, como sucedió con Yabrán a finales del siglo pasado. Más aún su vinculación a una actividad como es el juego, tan proclive a delitos como el de “lavado de dinero”.


Memoria amig@s

Efemerides 30 de jun de 2011 (Jue)

Un día como hoy…

- Día de la Independencia en Zaire.

- Día de la Independencia en Ruanda.

- Día de la Independencia en Burundí.

- Día del Sagrado Corazón de Jesús.

- Día de los Promártires de la Iglesia Romana.

- Día de la Prefectura Naval Argentina.

1520 - Hernán Cortés y sus hombres, asediados por los indios, se ven obligados a retirarse de la ciudad de México.

1809 - llega a Montevideo Baltazar Hidaldgo de Cisneros, marino español y último Virrey del Río de la Plata.

1860 - se publica el primer número del periódico vaticano "L'Osservatore Romano".

1871 - En Guatemala una revolución liberal encabezada por Miguel García Granados y Justo Rufino Barrios derroca al Gobierno de Vicente Cerna.

1887 - Pedro II, enfermo, embarca para Europa, con lo que comienza en Brasil el tercer período de regencia de la princesa Isabel.

1893 - se descubre el diamante Excelsior (995 kilates).

1894 - Corea declara su independencia de China.

1900 - grave incendio en los muelles de Nueva York, que ocasiona cerca de 500 víctimas y graves daños materiales.

1908 - cae un enorme meteorito sobre Siberia Central.

1909 - Nace Juan Bosch, ex presidente de la República Dominicana.

1914 - Mahatma Gandhi es arrestado por primera vez, en su campaña por la igualdad de derechos de los hindúes.

1918 - nace Susan Hayward, actriz estadounidense.

1927 - Augusto César Sandino lanza su manifiesto político.

1933 - Nace Martin Landau, actor.

1934 - el LZ 127 Graf Zeppelin surca los cielos de Buenos Aires.

1934 - Hitler liquida la facción extremista de su partido, las SA, cuyo jefe, Ernst Rohm, y sus colaboradores fueron ejecutados en la llamada "noche de los cuchillos largos".

1936 - se publica el libro "Lo que el viento se llevó" de Margaret Mitchell.

1938 - Nace Pedro Olea, director de cine.

1939 - visita Buenos Aires el presidente paraguayo José Félix Estigarribia.

1940 - Nace Victor Erice, director de cine.

1941 - Nace Mike Leander, músico.

1950 - Guerra de Corea: el presidente estadounidense Truman ordena la intervención de las fuerzas terrestres.

1950 - delegados de 33 naciones reunidos en Franckfurt fundan una nueva Internacional Socialista.

1951 - Nace Stanley Clarke, músico.

1951 - Nace Andy Scott, músico.

1954 - el coronel Castillo Armas toma el poder en Guatemala.

1956 - Nace Adrian Wright, músico.

1959 - muere José Vasconcelos, escritor y político mexicano.

1960 - Independencia del Congo Belga, luego Zaire.

1961 - muere Lee De Forest, pionero de la radio.

1962 - Independencia de Ruanda y Burundi.

1963 - el Cardenal Montini es elegido Papa Paulo VI.

1966 - nace Mike Tyson, boxeador pesado.

1966 - La capital del Congo es rebautizada con el nombre de Kinshasa.

1969 - el sindicalista argentino Augusto Vandor es asesinado en la sede de la UOM (Unión Obrera Metalúrgica).

1970 - un terremoto sacude al Perú, mueren 50.000 personas y 30.000 resultan heridas.

1972 - La exposición internacional de arte contemporáneo que se celebra en Alemania presenta una nueva tendencia: el hiperralismo.

1973 - Se consolida en Uruguay la toma del poder por las fuerzas armadas mandadas por el presidente Bordaberry.

1975 - cuatro días después de su divorcio de Sonny Bono, la cantante y a actriz estadounidense Cher se casa con Gregg Allman.

1980 - Vigdis Fihnbogadottir es elegida presidenta de Islandia, primera mujer que accede por votación a la jefatura de un Estado europeo.

1980 - gira por Brasil del papa Juan Pablo II.

1990 - las dos Alemanias se unifican en materia económica, monetaria y social y desaparece la frontera entre ambas.

1992 - El Gobierno ruso aprueba un amplio programa de privatizaciones de empresas.

1995 - Alemania rompe con medio siglo de no interferencia militar en el exterior, al decidir el envío a Bosnia de aviones de combate.

1996 - El líder del Partido de la Liberación Dominicana, Leonel Fernández, gana las elecciones presidenciales.

1996 - Fernando de la Rúa vence en las elecciones para jefe de gobierno de Buenos Aires.

1996 - Alemania gana la Eurocopa de fútbol.

1997 - Hong Kong se convierte en Región Administrativa Especial bajo soberanía de China, tras 156 años como colonia británica.

1997 - Juan Marsé gana el premio Juan Rulfo de novela.

1998 - Cataluña tiene la primera ley de parejas de hecho en España.

1998 - Tomás Llorena y Alfonso Pérez Sánchez ingresan en la Real Academia de Bellas Artes.

1998 - Holanda vence por 2-1 a Inglaterra en el Mundial.

2002 - Brasil se consagra pentacampeón al ganar el mundial de fútbol Japon/Corea 2002.

2003 - Muere la cantante y guitarrista argentina María Gabriela Epumer.

Así que pasen treinta y cinco años por Jorge Ene

Diario El País de España

Así que pasen treinta y cinco años

POR JUAN LUIS CEBRIÁN

Hace treinta y cinco años no había democracia en España. Tampoco en muchos países europeos y de América Latina. Alemania estaba dividida en dos y todavía padecíamos la tiritera de la guerra fría. Hace treinta y cinco años los partidos políticos y los sindicatos estaban prohibidos aquí, existía la pena de muerte, el único canal de televisión (en blanco y negro) era del Estado, el servicio militar obligatorio, no había derecho de manifestación, tampoco libertad religiosa, las huelgas eran ilegales, funcionaban tribunales especiales, a veces constituidos en consejos de guerra, para los delitos políticos. Hace treinta y cinco años no se habían inventado los ordenadores personales, no existían los teléfonos celulares y había que esperar meses, hasta años, para que te concedieran una línea fija, los informativos de la radio, de todas las radios, eran dictados por el Gobierno, y este mantenía la mayor cadena de periódicos locales de todo el país. Hace ahora treinta y cinco años no existía divorcio en España, el aborto, incluso el terapéutico, era castigado con la cárcel, el adulterio justificaba los crímenes llamados pasionales, se perseguía el uso de anticonceptivos, se encarcelaba a los homosexuales, las mujeres tenían mermados sus derechos civiles y los jóvenes no alcanzaban la mayoría de edad hasta los veintiuno. Hace treinta y cinco años España no pertenecía al Mercado Común Europeo (hoy Unión Europea) ni a la Alianza Atlántica, nuestros deportistas cosechaban escasos triunfos, salvo en el caso del Real Madrid, no existían relaciones diplomáticas con México ni la antigua Unión Soviética, la mayoría de los países de Europa del Este o Israel, no contábamos con un Parlamento libremente elegido, ni con una carta constitucional, se discriminaba el uso de lenguas vernáculas en las comunidades catalana, vasca y gallega, se torturaba impunemente en las comisarías y apenas nadie pagaba impuestos, como no fuera lo que Hacienda descontaba de la nómina. Hace poco más de treinta y cinco años el único dignatario internacional de alto rango que asistió a las exequias del jefe del Estado español fue el general Pinochet, el franquito austral, el aprendiz de Drácula chileno. Y es que hace treinta y cinco años este país era en muchos aspectos el culo del mundo, un portaviones en la bocana del Mediterráneo, una playa gigantesca y bullanguera que exportaba cerebros y naranjas y todavía mano de obra barata, gastarbeiters, a la Europa calvinista y severa. Eso era hace treinta y cinco años.

Puede que los periódicos mueran, no el periodismo. EL PAÍS seguirá dentro de 35 años alimentando el diálogo, aunque las noticias caigan de la nube

Como cito de memoria no pretendo ser exhaustivo y hay desde luego decenas, centenares más, de ejemplos capaces de ilustrar cuánto ha cambiado para mejor la vida española en las últimas tres décadas y media. No está de más poner esto de relieve en medio de la tribulación que ahora vivimos, que nos empuja hacia la autoflagelación y el pesimismo. La Historia enseña que todo puede empeorar pero también que nada está escrito porque la gente puede cambiar la realidad. No hace falta acudir al optimismo antropológico, basta echar mano del simplemente lógico: aquel de quien sabe que el hombre es un ser racional y un animal que habla. Para resolver los problemas tiene que reflexionar sobre ellos y debatirlos con los demás. A eso precisamente quisimos contribuir quienes fundamos EL PAÍS. A establecer un diálogo abierto sobre los desafíos de una sociedad que queríamos más moderna, más cosmopolita, más libre y justa, con mayor conciencia de su ciudadanía. Como hoy es una fecha para la celebración creo poder decir que en su conjunto acertamos. La prensa, en general, y nuestro diario en particular, jugó un papel importante, me atrevería a decir que decisivo, en la construcción democrática española. Y bien, recibidas las felicitaciones, pasemos página, porque lo que viene ahora es completamente distinto. Tan distinto que no sé si dentro de treinta y cinco años, quienes festejen día como este no han de comentar "hasta qué punto ha cambiado el mundo, que antes había algo llamado periódico, un atadillo de resmas de papel que se vendían o regalaban por la calle y servían entre otras cosas para educar al perro o encender la chimenea, algunos incluso se atrevían a leer lo que en ellas se publicaba, pero todo el invento acabó siendo muy incómodo porque manchaba las manos y, a veces, también las conciencias".

Las interrogantes sobre el futuro de los periódicos nos persiguen a quienes los fabricamos y a quienes los leemos. La verdad sea dicha: es una industria con alto índice de mortandad. Para quien, como yo, lleva cincuenta años dedicado a ella no podría existir peor noticia. De todas las definiciones que se han hecho del periodismo me quedo con la más elemental: se trata de contarle algo a alguien. Los periodistas son mediadores entre el lector y la realidad, y un poco se comportan como filósofos de urgencia: les mueve la curiosidad, la capacidad de asombro, y tratan de explicar el porqué de las cosas. También sus consecuencias. ¿Qué ha de quedar de todo ello en un mundo sin intermediarios?, ¿para qué sirve un periodista en la red? y ¿cómo van a migrar estos imperios verticales a la estructura estrellada y lábil de Internet que, como el Universo, parece no tener fin, crecer hasta el infinito?

Sin embargo, algo nos dice que sobreviviremos. Como el arte, como la empresa, el periodismo es un esfuerzo creador, nace del corazón y de las tripas. Hace poco escuché a un científico que la misión de la tecnología moderna era crear milagros. Comprendí entonces que el destino de los pobres mortales era padecerlos. Frente al poder divinizado del conocimiento universal, de todos y para todos, almacenado ya en la Nube (in the Cloud), quedará todavía hueco para contarle algo a alguien y explicar su significado. También un rincón para las emociones.

O sea que puede que los periódicos se mueran, o acaben siendo distribuidos en las tiendas de antigüedades, como un objeto exótico o de lujo, pero no ha de morir el periodismo. Y estoy seguro, aunque no lo verán mis ojos, que dentro de otros treinta y cinco años este órgano de opinión que es EL PAÍS seguirá alimentando la discusión y el diálogo, en un esfuerzo nunca inútil por buscar la verdad y defender la transparencia. Aunque las generaciones venideras no lean en papel y las noticias nos caigan del cielo o de las nubes, como la lluvia fina o el maná, y aun como las mismísimas tablas de la ley.

Algunas bases para reconstruir el futuro por Jorge Ene

Diario El País de España

Algunas bases para reconstruir el futuro

POR JAVIER MORENO

Las circunstancias han determinado que este suplemento especial para conmemorar los 35 años de vida del diario EL PAÍS venga a publicarse en uno de los momentos más difíciles por los que España ha atravesado desde el restablecimiento de la democracia.

Admitamos, para comenzar, que no hay necesidad de cargar las tintas en demasía: el simple enunciado de los quebrantos que se abaten sobre la sociedad española supone por sí mismo un menester lúgubre y descorazonador, un irritante recordatorio de que este país, en su conjunto, sufre de forma permanente una grave falta, como define el diccionario el defecto de la moneda en cuanto al peso que por ley ésta debía tener.

Los recientes acontecimientos sucedidos tras el estallido de la crisis financiera mundial y las sombrías consecuencias que de ella traen principio -el inopinado menoscabo del bienestar de los ciudadanos, la angustia ante un futuro más incierto de lo que acostumbra, la certidumbre de las aflicciones que habrán aún de venir-, han desembocado, no podría ser de otra manera, en el descontento creciente de la ciudadanía con el funcionamiento de las instituciones de la democracia, fenómeno por lo demás común a la mayoría de naciones de nuestro entorno.

Entiéndase bien, descontento de la ciudadanía con el funcionamiento de estas instituciones, de esta democracia, a lo que cabría sumar la exigencia de reformas que permitan superar los impedimentos actuales de forma urgente.

Junto al malestar y la inquietud por el deterioro de la situación económica que, como se dijo antes, es común a la mayoría de países desarrollados, se extiende también entre los españoles, datos empíricos los hay en abundancia, la convicción de que la clase política en su conjunto, y con apenas excepciones, no ha sabido estar a la altura que las circunstancias le exigían. Tampoco quedaron en zaga bancos, empresarios y sindicatos, menos aún determinados periodistas, aspecto este último que requiere siempre muchos y amargos apartes en este país. Pero ésa es, en definitiva, la sociedad que conformamos y tomar ocasión de queja conduce inevitablemente a la nostalgia, la parálisis y el reproche estéril.

Cierto es que algunos de los males que nos afligen tienen por causa el estallido financiero global de 2007, pero otros tantos son sin discusión alguna de fabricación propia, desde la insensata burbuja inmobiliaria que agravó los efectos de aquel hasta el derrocadero por el que se despeñan las instituciones, con el Tribunal Constitucional al frente, cuya pérdida de renombre y de ascendente busca aún precedentes en nuestra historia reciente.

No se debe mirar solo a los que han salido a la calle. También a la multitud silenciosa que no lo hace pero que comparte su precariedad

Se venía advirtiendo de que España no se merece los políticos que la gobiernan, y de que hacían estos mal en minimizar, entiéndase, ignorar, los signos de hartazgo y de desafección entre los ciudadanos en un momento en el que el país se disponía a atravesar un periodo de enorme tensión social por el aumento del paro y el derrumbamiento de la actividad económica. Advertencias que fueron tomadas a beneficio de inventario por la clase política en el íntimo convencimiento, cabe razonablemente suponer, de que, tratándose de un mal común y compartido por todos, en poco o nada habría de afectarles durante la refriega electoral.

Las cosas, sin embargo, suelen suceder cuando menos se las espera: decenas de miles de personas se encargaron a partir del 15 de mayo de restregar las amonestaciones anteriores a la clase política en su conjunto, sin distingos cardenalicios esta vez, para desmayo de la izquierda en el poder. El diario italiano La Repubblica me pidió hace unos días una reflexión sobre los jóvenes que ocupan las plazas de España, no sé si seguirán en ellas cuando estas páginas vean la luz.

Extraer un significado unívoco de las protestas es tarea arriesgada. Pero comprender el malestar que exhalan, las condiciones de posibilidad de que estallido tal de descontento se haya producido lo es bastante menos, siempre que se decida mirar honestamente a sus protagonistas. No se debería, sin embargo, mirar única y exclusivamente a aquellos que han salido a la calle, eso es lo primero que resulta necesario precisar.

Se ha de incluir también a la multitud silenciosa que no lo ha hecho, pero que comparte muchas de sus circunstancias: parados que malviven en precario, huérfanos de presente; empleados que también malviven en precario, huérfanos de futuro, con salarios irrisorios; jóvenes en condiciones de vida cada vez más deterioradas, sin posibilidad de acceder a una vivienda digna, sin posibilidad de formar una familia, sabedores de que van a vivir peor que sus padres; jubilados con pensiones que no les dan para comer y, al tiempo, llegar a fin de mes; universitarios que creían haber accedido a sus sueños solo para descubrir que les esperan las oficinas del desempleo, más del 40% de los jóvenes está en paro, o unas condiciones de trabajo tan insultantes, salarios tan ínfimos, contratos tan precarios, a veces de días o de semanas, en puestos que nada tienen que ver con lo que estudiaron en la universidad, que han abandonado cualquier esperanza, entiéndase bien, han abandonado cualquier esperanza, fundada o no, de que el Gobierno, los partidos, el sistema político, nadie al frente de una institución tenga la capacidad de remediar su situación, sus situaciones.

Se dirá que se trata de un razonamiento injusto para con las instituciones democráticas, lo que no deja de resultar cierto. Pese a ello, resulta razonable y democrático aceptar que se trata del sentimiento concreto y legítimo, ya nadie niega eso, de esas miles de personas que han optado por expresar su malestar absteniéndose en las urnas, y aceptar también, naturalmente, que su voluntad no puede imponerse a la de millones de ciudadanos que sí han ejercido su derecho al voto.

Lo que no resulta ni razonable, ni democrático, ni tan siquiera conveniente, en estos momentos y en las actuales circunstancias, es ignorar que sus aflicciones y sus acusaciones son las de la mayoría, bien que en grados diferentes. Una mayoría que no por acudir a las urnas con regularidad descarga por ello de culpa a los partidos políticos en su conjunto, ni seguramente está dispuesta a aceptar sin rechistar los sacrificios que con toda probabilidad habrán de serles exigidos en breve.

En estas circunstancias que no hemos elegido, pero que colectivamente tampoco hemos sabido evitar, se impone responder ciertas cuestiones. ¿Qué hacer ahora? ¿Por dónde comenzar? ¿Cómo identificar la tarea más urgente en el momento de mayor zozobra: el relámpago de la obscena e inevitable presión del realismo en la política, por usar palabras de Sciascia, esto es, esa capacidad que tiene la realidad de hacer posibles y lícitas cosas y acciones que, consideradas en abstracto, no resultan posibles ni lícitas? Tal es el escenario, resulta inexcusable admitirlo, en el que sus propios errores, los de las naciones europeas, más la inflexibilidad de las instituciones que gobiernan el Viejo Continente han colocado a España.

Bien, pues, no se puede comenzar de otra forma que no sea por decir la verdad. Esta exigencia de verdad, que es la primera exigencia de la democracia, podría dar pie a no inútiles reflexiones sobre la naturaleza de los partidos políticos, al menos de aquellos que tienen la responsabilidad de gobierno, así como de sus métodos y componendas para acceder a él.

Pero son de nuevo las actuales circunstancias las que explican que esa exigencia de verdad no se revista, podría decirse así, de una naturaleza moral, sino que, por el contrario, se ajuste a una estricta necesidad de realismo. Decir la verdad sobre la dimensión y la intensidad del esfuerzo que aguarda a la sociedad española en los próximos años, gobierne quien gobierne, es el corolario que este realismo en la política obliga en estos momentos al país. Esfuerzo, entiéndase bien, no sólo en el sentido de trabajo enérgico, de actividad vigorosa para la consecución de un objetivo, sino también, y aun principalmente, en su otra y más amarga significación de sacrificios, ajustes y recortes.

Lo más urgente hoy es la verdad. Y es la estabilidad de la democracia la que exige que ésta sea expresada por los dos grandes partidos

Es la estabilidad del propio sistema democrático la que exige que esta verdad, a efecto de poder ser mudada en un programa de acción con visos de resultar aplicable y efectivo, sea expresada conjuntamente por los dos grandes partidos, bajo una fórmula a su elección. Y sea, por tanto, asumida colectivamente por la mayoría de los ciudadanos como los cimientos sobre los que comenzar a construir, o acaso reconstruir, el futuro. Sin aceptar estas premisas resultará harto difícil, cuando no imposible, mantener la cohesión social y aun la tranquilidad en las calles -de ello depende casi todo lo demás- en los meses y años por venir. Raramente quiebra un Estado por estricta falta de liquidez. No hay más que repasar la historia: vez hubo que no fue así, pero casi siempre sucede cuando un gobierno resuelve que no puede o no quiere, dadas las circunstancias, castigar a su población con más penalidades.

Los políticos ignoraron las quejas, pero la comedia ha terminado. De que lo entendamos todos depende, más que nunca, el futuro del país

Ni el gobierno actual, en el improbable caso de que renueve su mandato, ni la oposición, si se impone en las urnas, estarán en disposición de garantizar los empeños necesarios ni los resultados que, legítimamente, los españoles pueden esperar de aquellos, si no reconocen con carácter previo la gravedad de los medios que tendrán que aplicar, y los pactos sociales que estos exigirán: equidad en la distribución de las cargas y atención preferente a los más débiles.

Se equivoca gravemente la oposición si confía en que la legitimidad de un triunfo electoral le permitirá recortar de forma drástica el bienestar de los ciudadanos, bajo la socorrida excusa del desperfecto en la herencia recibida, sin haber pasado el expediente, admitamos que áspero siempre en campaña, de explicar con carácter previo su programa a la nación, de lo que hasta ahora se ha abstenido con equivocada prudencia y peor cálculo. A nadie se le escapa que semejante empresa precisa de valentía, honestidad e inteligencia, cualidades que, ciertamente, no han destacado en la política española desde hace tiempo y que hubieran permitido afrontar la situación que nos sojuzga en un clima muy distinto al que respiramos. Nada en las leyes impedía a los partidos principales ejercer una magnífica gobernanza en las instituciones -ni una gestión económica más prudente-, si colectivamente lo hubieran deseado.

No se trata de una reflexión fácil de aprehender. Igual de difícil, porque exactamente ahí reside su grandeza, que aprehender el concepto de democracia avanzada, cuyo establecimiento ordenó la Constitución en 1978. No fue ésta, para desgracia de todos, la senda por la que discurrieron los hechos pese a las reiteradas apelaciones de tantos, también y sobre todo de este periódico. Ante las quejas, que las hubo y las sigue habiendo, debemos sobre todo recordar que ésa es la tarea principal que corresponde a un diario, al menos hemos querido que sea la de éste, y que las páginas que el lector tiene hoy en sus manos, junto con las centenares de miles que desde su fundación han venido apareciendo con el trascurrir de los días, no buscaron otro objetivo que estimular y sostener el avance, la modernización y la prosperidad de España, exposición sumarísima del concepto de democracia avanzada que se citó antes. Los partidos políticos, sin embargo, ignoraron con tozudez las reclamaciones. Primero de las voces más críticas, luego de los ciudadanos, para acabar no teniendo noticia de la realidad misma. La comedia ha terminado. De que finalmente lo comprendamos todos depende, más que nunca, el futuro del país

La cultura de la libertad por Jorge Ene

Diario El País de España

La cultura de la libertad

MARIO VARGAS LLOSA

Comencé a trabajar en un periódico cuando tenía apenas 15 años, en el diario La Crónica, de Lima. Y creo que desde entonces siempre he hecho periodismo hasta ahora. Tal vez por eso soy un adicto a los periódicos hasta el punto que no puedo comenzar el día sin dedicar por lo menos una hora a leerlos y vivir, a través de ellos, la actualidad que se produce en el mundo. Así que celebrar 35 años de la vida de un periódico como EL PAÍS, que ha tenido un papel principalísimo en uno de los hechos históricos más importantes de la vida contemporánea, la Transición de la dictadura a la democracia en España, es un acontecimiento del que debemos alegrarnos no solo todos los lectores de periódicos, sino todos los que creemos que el periodismo es uno de los pilares centrales de la cultura democrática. Ya se sabe que no existe barómetro mejor para valorar la libertad de un país que leer sus periódicos. Así sabremos si de verdad la libertad existe y se refleja con un pluralismo informativo y político, o si la libertad se ha eclipsado. Nada refleja mejor la pérdida de libertad de un país que esa prensa monocorde que repite como una simple correa de transmisión las consignas del poder oficial.

Este diario no ha hecho del escándalo o de la noticia espectacular el motivo principal de atención de sus lectores

Este país, España, vive en su historia reciente ese universo de contrastes. Yo llegué como estudiante a España en 1958. Por tanto, tengo bien presente el ámbito en el que se desarrollaba entonces la prensa, bajo el imperio de aquella dictadura. Y recuerdo la extraordinaria explosión que significó en la Transición la aparición de periódicos que reflejaban un sistema de pensamiento en el que no cabía sólo una opinión sino que acogían las opiniones más diversas, un verdadero abanico de opiniones. Esos periódicos competían entre ellos, polemizaban y discutían dentro de un denominador común de cordialidad y de esperanza por un futuro que se abría en ese momento para España.

En esas circunstancias nació el periódico EL PAÍS. Es verdad que contribuyó de una manera decisiva a la democratización de España, y lo hizo ofreciendo unas tribunas, unas columnas, aumentando un espectro importante de una vida política que hasta entonces había permanecido en la sombra...

Pero su aporte a la Transición española fue mucho más importante que dar columnas a un espectro político amplio de centro, de centro-izquierda o de izquierda. Contribuyó a la democratización del periodismo y luego a la democratización política de España. Fue un periódico que introdujo la modernidad en la diagramación, en la presentación de las noticias y, también, en la manera de encarar la actualidad. Fue marcando el ejercicio del periodismo en el país en el que nacía. Eso fue así desde entonces, y siguió siéndolo; y eso, que tiene que ver en general con la prensa en España, es uno de los hechos que me llevan a decir, sin exageración, que en este aspecto España anda muy bien.

Este diario no ha hecho del escándalo o de la noticia espectacular el motivo principal de atención de sus lectores. En ese sentido creo que todos los periódicos importantes de España guardan un mínimo de decoro, de sobriedad, y tienen un sentido agudo de la importancia de las noticias. Esto constituye sin duda alguna una extraordinaria garantía para la institucionalidad y la democracia, en España y en cualquier parte; es un síntoma de rigor y de respeto, tan cruciales para la convivencia en el seno de los países. Creo que en esto EL PAÍS ha sido pionero y es una de las razones por las que uno debe enorgullecerse. España es un país de referencia en el escenario internacional gracias a esa forma de hacer periodismo.

Soy colaborador del diario desde hace 21 años y me siento muy orgulloso de escribir en sus páginas. Muchas veces he discrepado y discrepo con la línea editorial que se sustenta en sus editoriales. Es un periódico liberal, como le he dicho muchas veces a Juan Luis Cebrián; y hay liberales de todo tipo, y es posible que en relación con el liberalismo del periódico yo esté en un extremo que me lleva a manifestar más de una vez mis discrepancias con lo que mantiene el diario. Pero esas discrepancias he podido expresarlas siempre, con la más absoluta libertad, en las columnas que escribo en el diario sin haber recibido jamás por ello la menor amonestación. Creo que eso que ocurre en EL PAÍS es uno de los mejores síntomas de la manera como en España la cultura de la libertad ha impregnado la vida de los españoles. Y ese es para mí el mejor escudo que tiene España contra cualquier aventura retrógrada.

Tiene razones EL PAÍS de sentirse orgulloso por haber contribuido a esta extraordinaria proeza democrática que es la España de nuestros días. Por eso hay que alegrarse de estos 35 años. Felicitar, agradecidos, a todos quienes han hecho posible y siguen haciendo posible la realidad diaria de este diario. Y desearles que cumplan muchos otros cumpleaños en el futuro para el bien de España, para el bien de Europa y para la felicidad de esos adictos a la lectura de periódicos como yo mismo.

Extracto del discurso que Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura 2010 y colaborador de EL PAÍS, pronunció con motivo del 35º aniversario del periódico, el pasado 4 de mayo.

Los "desaparecidos" de la cultura oficial por Jorge Ene

Diario Río Negro

Casamiquela, Marechal y Bunge

Los "desaparecidos" de la cultura oficial

Entre las cosas por las cuales los argentinos no podemos enorgullecernos se encuentra la intolerancia. Impiadosa constancia de nuestra historia que serpea de la política a la cultura y viceversa. "Somos un continente que se atrasó por la intolerancia", señala con acierto Mario Vargas Llosa, quien padeció esa intolerancia en tres oportunidades en nuestro país.

Por ejemplo, ¿cuál es la razón por la cual no se habla de Leopoldo Marechal, el notable escritor peronista cuya figura resurgía con el advenimiento de cada gobierno de ese signo? No deja de sorprender que un gobierno que se dice peronista ignore a uno de los mayores escritores de esa orientación política. Creo que la respuesta deberá encontrarse en la colusión freudiano-lacaniana de los intelectuales de Carta Abierta –usina intelectual del kirchnerismo– para los cuales el ferviente catolicismo de Marechal es un bocado indigesto.

La reciente reposición de "Antígona Vélez", ineludible pieza marechaliana de la dramaturgia nacional, no fue una iniciativa de la Secretaría de Cultura de la Nación ni de las autoridades del Teatro Cervantes. Se trató de una propuesta individual de Pompeyo Audivert, de aquilatado prestigio en el ámbito teatral argentino y responsable de la puesta en escena.

La conducta de la Secretaría de Cultura de la Nación con respecto a Leopoldo Marechal les estaría dando la razón a los que piensan que peronismo y kirchnerismo son cosas distintas.

Algo parecido, aunque por razones diferentes, le ocurre a nuestro más importante científico epistemólogo, el Dr. Mario Bunge. El que ha escrito más de una treintena libros, traducidos a los más importantes idiomas y reeditados con frecuencia. Y su obra estudiada y analizada por calificados especialistas. El que figura desde hace décadas en las principales enciclopedias especializadas como personalidad notable. Al que España concedió su premio Príncipe de Asturias en Ciencias y una cantidad importante de universidades del mundo le otorgó el doctorado "honoris causa". El prestigioso profesor de una de las más importantes universidades del mundo, la MacGill de Montreal, Canadá, institución privada que produjo ¡nada menos! que siete premios Nobel. Pero las dos universidades argentinas que lo tuvieron como profesor, la de la Plata (donde se recibió) y la de Buenos Aires, lo ignoran y no lo invitan.

Si no fuera por las periódicas participaciones en la Feria del Libro de Buenos Aires (Institución privada), los argentinos no hubiéramos podido acceder ni a la presencia ni a las conferencias del Dr. Bunge.

Cuál es la razón por la cual las universidades argentinas no invitan a uno de sus mayores científicos. La causa debemos verla en la crítica frontal que Bunge hace al psicoanálisis, el que se transformó en "religión" oficial de la Universidad de Buenos Aires. La teoría freudiana sería así una "verdad revelada" y quien la critica un "hereje" que debe ser condenado al olvido. Precisamente el carácter de irrefutable que tiene el psicoanálisis, señala Bunge, es el que lo aleja de la ciencia. Pero hay una poderosa razón complementaria. En un reportaje reciente un periodista pregunta al científico argentino por qué no lo invita la universidad. "Les debo arruinar el negocio", fue la respuesta.

Rodolfo Casamiquela, antropólogo, paleontólogo, investigador y estudioso de la realidad étnica de la Patagonia, es otro "olvidado" por la cultura oficial. Nació, vivió la mayor parte de su vida en nuestro sur y murió en él. ¿Cuál es el "pecado" cometido por este enjundioso analista de las culturas de "nuestros paisanos los indios" (San Martín dixit)? Al afirmar que "Los mapuches son chilenos; no tienen derecho sobre la tierra" se granjeó el olvido de las universidades nacionales, donde existe una visión ideologizada y opuesta al pensamiento de Casamiquela. Los intelectuales vecinos del poder también lo ignoran cuando tratan aspectos de nuestra Patagonia.

El desconocer a uno de los mayores investigadores de la realidad austral no es exclusivo de los universitarios. Los diputados de la provincia del Neuquén adoptaron un nuevo escudo oficial que tiene en su parte inferior una guarda textil mapuche. Los representantes del pueblo neuquino cometieron un doble e injusto olvido. Desconocieron a Casamiquela, quien afirmó que "primero vino el mundo tehuelche paleolítico, que tiene una antigüedad de 10 a 12.000 años", realidad palpable en el arte rupestre patagónico que puede verse en la Cueva de las Manos, en Santa Cruz, y en las cuevas, abrigos y aleros que se suceden por el borde argentino de los Andes hasta los contrafuertes de las sierras de Tandil. Tampoco los diputados tuvieron en cuenta para su tarea la simbología abstracta y sucesiva que se expresa en los cueros y quillangos tehuelches.

No sólo olvidaron a Casamiquela sino también el arte tehuelche, donde debieron inspirarse para ilustrar el escudo de la provincia. Pero este doble olvido de los diputados neuquinos, obvios integrantes de una estructura estatal, llega al dislate cuando ponen en el escudo símbolos de una etnia (mapuche) que no reconoce al Estado argentino.

Existen dos tipos de censura, la explícita que utiliza el poder para reprimir las expresiones de un individuo y la que deliberadamente ignora la obra de una persona sin tener en cuenta el perjuicio que ocasiona a la sociedad. Esta última forma de censura es pusilánime porque no se juega ni explicita sus intenciones, pero es tan perjudicial como la primera.

(*) Ex directivo de la industria editorial

HÉCTOR LANDOLFI (*)

La (difícil) elección de los jueces por Jorge Ene

Diario Río Negro

La (difícil) elección de los jueces

Cómo se debe elegir a un futuro juez de un superior tribunal de justicia? La respuesta a la pregunta debe tener en cuenta necesariamente la forma en que concebimos la propia función judicial, el rol que hoy cumplen –y que deseamos que cumplan– los magistrados dentro de nuestra comunidad.

La pregunta, no simple entonces, debe ser enfrentada reconociendo la complejidad de la cuestión. No se debe negar sino reconocer como punto de partida de la cuestión la indisoluble relación entre el espacio jurídico y el político, espacio éste no concebido como un escenario de meras luchas partidarias sino como el lugar donde se libran sinceras pugnas entre valores últimos contrapuestos, un lugar en el que la esperanza de la armonía muchas veces se desvanece frente a la prepotencia del conflicto inevitable.

La elección de un juez fue y seguirá siendo un asunto de especial importancia institucional. La selección de un nuevo miembro de un tribunal supremo es especialmente importante hoy, cuando los jueces tienen cada vez mayor peso en la vida colectiva del Estado. Se sostiene, en tono de alarma, que vamos camino de un peligroso gobierno de los jueces donde se cedería cada vez más el poder último de definir el campo de lo permitido y de lo prohibido a una reducida aristocracia judicial, incontrolable, imprevisible.

Es necesario enfrentarse a esta postura, tomarla seriamente; es necesario no negar el creciente poder que los jueces han adquirido sino lograr, a partir precisamente de una elección controlada y responsable de los sujetos que habrán de desempeñar la función jurisdiccional, una composición de la magistratura acorde con la idea que tenemos de las funciones que el derecho debe cumplir dentro de nuestros Estados.

Se podría suponer que el mejor criterio para la selección de jueces debería ser un sistema que buscara encontrar simplemente buenos técnicos, sujetos especialmente hábiles en la tarea de aplicar en forma supuestamente neutra una ley que por sí sola lograría imponer aquello que debería ser inequívocamente reconocido como el derecho aplicable. Bastaría entonces con encontrar un juez capaz de reconocer, y sólo esto, el derecho; reconocer un derecho imaginado como obvio, previsible, simple, no contradictorio. Aquí se buscaría no a un escultor que de la roca bruta pueda obtener una multiplicidad de figuras sino un disciplinado operario, un juez eficiente, capaz de brindar previsibilidad y disciplina y nada más.

Esta vía, aparentemente simple e inocua, es impracticable. Lo es porque en la actualidad siempre lo fue pero en nuestros días esto es aún más evidente: el juez no puede simplemente aplicar la ley. El supuesto actuar mecánico se ha transformado en un complejo proceso donde el juez debe recurrir a otro tipo de habilidades, donde el juez debe tomar para sí la tarea de llevar a cabo la interpretación de una multiplicidad de normas que pretenden regular el caso.

Otra vez, entonces, ¿cómo se debe elegir a un futuro juez de un superior tribunal de justicia? Debemos dejar de lado la inútil idea de un juez neutro y, reconociendo que el juez no fue, no es ni será nunca un actor pasivo dentro del juego político, es necesario seleccionar a futuros magistrados buscando hacer de la magistratura un espacio más plural, más diversificado, más responsable. Si cuando resuelve un caso el juez debe recurrir a sus capacidades técnicas pero también, y fundamentalmente, a sus propias opciones de valores; si debe tener en cuenta un conjunto de convicciones que habrán de influir en la decisión que finalmente habrá de adoptar, es necesario que el proceso de designación de los magistrados nos permita conocer cuáles han sido aquellas posiciones valorativas que todo juez trae consigo antes de ser designado, posturas todas ellas que, previsiblemente, habrá de mantener durante el ejercicio de su cargo.

De esta manera, el conocimiento de los antecedentes profesionales de los candidatos debería ser un paso necesario pero no suficiente. Los futuros magistrados deben ser profesionales sólidos, calificados, y sus méritos deben ser confrontados.

Sin embargo esto no basta. Quien o quienes habrán de ser llamados a elegir al magistrado –y fundamentalmente la ciudadanía toda– deberían poder conocer también más. Enfrentado a un caso concreto, al juez no le bastará con conocer la ley sino que deberá interpretarla, y deberá hacerlo en forma coherente con sus principios, con sus valores; será necesario conocer qué pensó, qué piensa el candidato acerca de aquellos conflictos que deberá afrontar a lo largo de su actuación profesional. Un estudio crítico de sus obras académicas podría ser un primer paso; una lectura atenta de sus antecedentes y de la forma en que actuó en el pasado podría ser de ayuda. Un mecanismo particularmente idóneo para conocer previamente el perfil propio de cada candidato es la generación de un espacio institucional donde todos los candidatos deban responder a un conjunto de preguntas comunes, las que deberían ayudar a conocer y prever mínimamente cómo habría de comportarse el juez durante el ejercicio de su función.

Un posible listado de preguntas debería ser definitivamente conformado a través de un proceso de participación ciudadana lo más amplio posible. A simple modo de ejemplo, algunas de las que podrían realizarse son las siguientes: a) ¿Cuál es su opinión sobre la constitucionalidad de la tenencia de estupefacientes para consumo personal?; b) ¿Cuándo considera que existen las razones de necesidad y urgencia que justifican el dictado de un decreto del Poder Ejecutivo?; c) ¿Cuál es su opinión sobre la constitucionalidad de la figura de enriquecimiento ilícito?; d) ¿Cómo tipificaría la fellatio in ore?; e) ¿Cuál es su posición acerca de la constitucionalidad o no del aborto no punible?; f) ¿Cómo y cuándo considera que debe ser utilizado el derecho penal cuando éste es llamado a actuar frente a una protesta social?; g) ¿Qué problemas existen para el cumplimiento de las demandas colectivas y qué herramientas judiciales existen para hacer efectiva la sentencia?; h) ¿Cuál es su opinión sobre la procedencia de la adopción por un matrimonio de personas del mismo sexo?

En todos los casos se trata de preguntas que buscan explicitar –en abstracto, es verdad– los criterios políticos propios del futuro magistrado, en las que no existe ni se presupone que exista una respuesta correcta o incorrecta. Se trata de preguntas que buscan presentar y, en este sentido, desmitificar, quitarle el velo del misterio a la ideología que todo magistrado trae consigo y que deposita en su cargo.

En suma, la selección del magistrado debería llevarse a cabo a través de un proceso lo más amplio posible que la ciudadanía conozca y pueda participar de él, donde el órgano encargado, en última instancia, de seleccionar al magistrado explicite el porqué de la decisión, no sólo en la necesaria pero no suficiente idoneidad técnica y jurídica, en su independencia con respecto al poder de turno, en su genérica idoneidad ética, sino en un conocimiento lo más profundo posible acerca de aquello que el futuro juez considera valioso, justo, de la forma en que compatibiliza intereses contradictorios, de sus opciones y sus elecciones difíciles.

Considero que el proceso de selección debería buscar la elección de candidatos que se encuentren mejor capacitados para desempeñar la difícil y creativa tarea de encontrar, dentro del universo legal, la mejor forma posible de protección de los derechos de grupos desaventajados; jueces especialmente comprometidos en la tarea de la protección de aquellos sectores de nuestra sociedad que han tenido las mayores dificultades para acceder de forma igualitaria a la Justicia, como lo son las mujeres, los niños, los indígenas, los inmigrantes. Se trataría, en definitiva, de buscar jueces que sean capaces de concebir el derecho no sólo como un mecanismo destinado a mantener un orden preestablecido sino también, en ocasiones, de desafiarlo.

Habrá quienes consideren que el perfil del magistrado debería ser distinto; lo importante es que estas opciones, inevitablemente polémicas, políticas en un sentido noble del término, sean enfrentadas y no camufladas en falsos tecnicismos.

(*) Doctor en Derecho por la Universidad de Firenze, docente en la Universidad Nacional de Río Negro

JUAN MANUEL OTERO (*)

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